Construido sobre el principal río de Santiago, el Mapocho, el puente de Cal y Canto, obra del corregidor Luis Manuel de Zañartu, fue una de las mayores obras arquitectónicas en la historia de dicha ciudad, desde su inauguración en 1780 y hasta su demolición en 1888.
Esta estructura tenía una longitud, según datos de la época, de 242 varas "con once arcos que se levantaban once varas sobre seis o siete cimientos", lo que es 202 metros de largo, 120 de éstos correspondientes al ancho del río y los restantes las rampas de acceso a la calzada. El viaducto se elevaba más de 12 metros sobre el río y tenía un total de nueve arcos de 9,2 metros de altura. Su calzada tenía un ancho de 8,4 metros, pudiendo circular carretas en ambos sentidos, con espacio para caballos y peatones.
La estructura estaba hecha a base de cal y de rocas traídas de las canteras del cerro Blanco y utilizados miles de huevos para pegar estos elementos (las estimaciones fluctúan entre 100 000 y 500 000). La utilización de cal y cantos fueron los que le dieron el nombre con el que pasó a la historia este puente.
