La fotografía original estaba en condiciones notablemente buenas, aunque presentaba algunas imperfecciones en los bordes. Estas imperfecciones incluían ligeros desgastes y desgarros que se esperaban en una imagen de su antigüedad.
A pesar de su buen estado general, estas áreas necesitaban atención cuidadosa para asegurar que la restauración fuera completa y la imagen pudiera lucir su máximo potencial. Para comenzar el proceso de restauración, se corrigieron las zonas faltantes, se reencuadró y de paso se enderezó la perspectiva. Se realizaron ajustes precisos de brillo, asegurando que las áreas claras no se vieran sobreexpuestas y que las sombras mantuvieran su profundidad. El contraste se ajustó para resaltar mejor las diferencias entre las diversas áreas de la imagen, haciendo que los detalles fueran más perceptibles.
Se utilizaron técnicas avanzadas de edición digital para afinar los detalles, mejorando elementos como las texturas y los patrones presentes en la fotografía. Para llevar la restauración a un nivel superior, se empleó inteligencia artificial. Las herramientas de IA permitieron no solo afinar los detalles existentes, sino también ampliar la imagen sin perder calidad. Este uso de tecnología avanzada fue clave para lograr una imagen que no solo fuera fiel al original, sino que también se presentara en una resolución superior.
A continuación, se presenta el resultado del exhaustivo proceso de restauración, una verdadera obra de arte visual que destaca por su fidelidad al original y su mejora en cada aspecto técnico.